jueves, 17 de febrero de 2011

Y así empezamos...

La idea de escribir una bitácora de diseño ya la teníamos hace bastante tiempo. Pero yo no sabía que rumbo darle a mis escritos.
Hablar de experiencias, del equipo de las personas que lo integramos, todo era demasiado, pero de a poco me fui organizando.

Abrir el corazón siempre es difícil, pero con la China (Carla Wong, amiga del alma, socia, y excéntrica mujer de negocios) hace tiempo que teníamos ganas de contarles que pasa en la trastienda de Tibetan Monkey.
El mundo del diseño, es una experiencia completamente diferente. O por lo menos así lo vivo yo... 

Bueno, en primer lugar me presento: algunos ya me conocen, otros no! Soy Angie, diseñadora de Tibetan Monkey. Proyecto que integra a Luis Felipe Cisneros como fotógrafo, Alejo González como productor, María Alejandra Orihuela como modelo y a las cabecillas de este movimiento artístico: Carla y quien les escribe, osea yo (Angie).
En cuanto a mí, puedo empezar a contarles que mi vida gira completamente en torno a Tibetan Monkey, marca que traje desde Argentina hace ya un par de años y que ahora junto a Carla y a todo el equipo, sale a la luz con todos su brillos.  Y porqué digo esto, no solo por la dedicación que le ponemos al trabajo de todos los días, sino porque las cosas más simples, los detalles más minúsculos, los puntitos más chiquitos pueden ser el motor de inspiración para alguna idea alocada que se me cruza por la cabeza.
Les cuento un poco como es un día en esta travesía del diseño.
Me levanto temprano en la mañana.  Mientras abro los ojos despacito, hago una pequeña revisión a los vagos recuerdos de la agenda del día.  Llego al Atelier a las 9 y media, me siento en el enorme y hermoso tablero de diseño que me regaló mi galán, abro la laptop y mientras se va encendiendo de a poquito, (esta bien viejita la pobre), voy oliendo el sabroso aroma a café, que sale en forma de vapor de locomotora, de la cafetera que tenemos sobre una refri pequeñita (heladerita en "argentino”).  Con la China, le damos la bienvenida a la jornada laboral, saboreando el café con unas gotas de carcajadas, contándonos alguna anécdota del día anterior o simplemente nos reímos de nuestras caras de dormidas, de nuestro apetito voraz que no permite dieta alguna, o del "look vintage-casual" que elegimos para ese día.
Miro los retazos de telas que tenemos colgados debajo del "inspiration board" (corcho pegado en la pared donde cuelgo cosas bellas y mágicas que me inspiran), y ya se me va haciendo agua la boca pensando en los próximos modelos de CIRCO, la colección que lanzaremos para la temporada otoño-invierno.
De a poco, las ideas se van organizando y comienzan a bailar en mi cabeza las primeras palabras que definirán el concepto de tan esperado trabajo. Lúdica, colorida, audáz, inspiradora, personajes, música, magia, brillos... todo ya tiene su lugar, una historia que contar, un espectáculo que ver.
Ahora es el momento de empezar a esbozar esos primeros retoños en el papel.  La hoja en blanco frente a mi me invita a animarme a más, a desafiar mis conocimientos, mis experiencias, me invita a aprender y a jugar con nuevas texturas, con el movimiento, con las historias que puedan protagonizar aquella futura falda o ese pantalón que tanto he imaginado.
Como algunos ya deben haber leído en nuestra página, Tibetan Monkey es un ferviente admirador de la mujer.  La mujer nos inspira, representa la elegancia, la fuerza, la inteligencia, la seducción, la compasión y la ternura.  Por eso a la hora de diseñar para ella o para mi misma, veo en cada modelo una potencial herramienta para todas las facetas de esa mujer que tanto admiramos.
Sí; si se lo están preguntando la respuesta es SI.  Aparecen miedos y barreras a la hora de diseñar, todo muy hermoso muy mágico, pero no dejo de ser una diseñadora que tiene que bajar las alas a la tierra y adaptarme a las tendencias, al estilo de la mujer limeña y al mismo clima invernal o estival de esta hermosa ciudad!
Alguna que otra vez he soñado con una Lima cubierta de nieve y glamorosas mujeres caminando con tapados largos hasta los pies y guantes de lana, pero como eso es poco probable, me remonto a CIRCO y a pensar en darle un poco de color a "Lima la Gris" en este invierno próximo.
De pronto con Carla nos tomamos un descanso, ella sigue abarrotada de papeles sobre su escritorio, cuadros, presupuestos y balances que no entiendo... Salimos a la hermosa galería de nuestro Atelier a tomarnos otro café, mientras el aire se pinta de color magenta y las luces del boulevard Sáenz Peña se van encendiendo para darle la bienvenida a una nueva noche barranquina.  En ese momento, la inspiración vuelve y me imagino la cara pálida de nuestra modelo, con las mejillas rosadas, pelo batido y ojos iluminados con destellos plateados.  Está vestida con una enorme falda color azul francia que le llega hasta los pies y la cubre un tapado a rayas con mágicos botones que parecen jugar entre si.  Se dejan asomar sus pies con unos zapatitos dorados y detrás aparecen los primeros personajes... Es el CIRCO, es la primera imagen y es tan viva y clara que me siento estar en el detrás de escena de la campaña de fotos.
Entro nuevamente al Atelier sin antes detenerme en el bellísimo árbol de floripondio que tenemos como anfitrión de nuestra pequeña puerta.  Miro las velitas encendidas en los farolitos que colgamos con la China, me encantan, amo las velas.  Me siento frente al escritorio, dejo cautivarme por la magia de las primeras horas de la noche y me repito a mi misma una y otra vez: Que feliz que soy!
Bienvenidos a estas primeras hojas de confesiones, inspiraciones y anécdotas; espero que leyendo estas palabras puedan sentirse parte de este proceso, de esta magia que involucra vivir del diseño, vivir de las ideas, pero sobre todo vivir de los sueños.
Angie S.

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