Domingo 5 de la tarde, daba vueltas en mi cama, prácticamente obligándome a dormir la siesta. Entre salto y salto que hacían los canales de televisión…ahí estaba una vez más, esa película que nunca me canso de ver y que religiosamente me hace soltar unos cuantos lagrimones. No esperen que les diga una gran película sobre la trascendencia humana en la tierra o sobre la búsqueda del sentido de la vida…No.